Indudablemente, una de las mejores excursiones del año la que aconteció el pasado domingo. Por primera vez en la temporada se optó por no comenzar el recorrido desde El Prat, lo cual sirve para conocer carreteras y parajes nuevos, mucho más aislados del problema del tráfico. Dicha decisión fue un acierto y ha surgido la idea de que iniciativas de este tipo ocurran con más asiduidad la próxima temporada, al menos una vez por mes.
Centrándonos en lo acontencido el domingo, a las 06:30h nos dispusimos a partir rumbo a Berga seis valientes participantes, los cuales se iban a enfrentar a un recorrido no muy largo, pero con rampas más que épicas, además de un muy considerable desnivel acumulado. Comenzamos a rodar a eso de las 08:00h. y ya comprobamos que el clima en el Berguedà difería bastante respecto al Baix Llobregat, aún así, el recorrido algo rompepiernas de los primeros kilómetros sirvió para calentar al personal. Al poco rato, las risas y las conversaciones se fueron apagando coincidiendo con la llegada del Malpàs, un puerto de apenas 5 kilómetros pero con rampas increíbles donde la ruedas deslizaban por el hormigón. Después de coronarlo, alguno con más pena que gloria como el que suscribe, el veredicto estaba claro, mucho peor que el Rat Penat. El consiguiente y tendido descenso sirvió para reponer fuerzas y enfrentarnos a la última dificultad del día, los Rasos de Peguera. Un puerto de características totalmente antagonistas respecto al anterior pero, también muy duro durante sus 15 kilómetros de ascensión. De nuevo, paisajes espectaculares compensaban el esfuerzo de la subida. Hecha la foto de rigor, bajada larga y divertida hasta Berga donde un merecido bocata cayó entre pecho y espada.
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