Continuaré ahora que dispongo de conexión (parece mentira que estemos así en pleno siglo XXI) con lo que ha acontecido en el Camino.
Me quedé en la quinta etapa,así que vamos por la sexta,Santo Domingo de la Calzada,Hontanas.
Día triste,ya que Antoni Torrens,el senior del equipo,ha decidido acabar con la aventura.La dureza del recorrido sumado a las condiciones climatológicas han podido más que sus ganas de llegar al final (y eso que no eran pocas).Su retirada es un golpe moral para el resto del que nos cuesta recuperarnos.Salimos con lluvia,como cada día,en dirección Burgos.La carretera siempre va hacia arriba y tenemos viento de cara.Más de una vez pensamos que es mejor a abandonar,al menos yo.Llevamos 30 kilómetros en poco menos de dos horas y decidimos parar a almorzar.La moral está por los suelos,"gracias" al dichoso viento y las características del terreno,que hace que nos cueste un cojón avanzar.Para más inri,la carretera es peligrosísima,con poco arcén y constante circulación de camiones.El almuerzo parece que nos ha sentado bien,salimos con las pilas cargadas y para nuestra sorpresa,ha dejado de llover.
Llegamos a Burgos y foto de rigor a pie de la catedral.
Proseguimos la marcha y para nuestra desgracia,nos equivocamos de carretera y hemos de tomar una ruta diferente a la marcada,con la suerte de que nos cascamos 15 kilómetros de más,¡hurra!jeje.LLegamos al pueblo de Estépar,que era nuestra referencia,cogemos la carretera esta vez correcta hacia Hontanas,un pueblecito donde Cristo perdió las alpargatas y venga a subir.No contábamos con que el pueblecito estuviera en lo alto de la montaña y eso nos destroza,pero conseguimos llegar más o menos bien,diríamos que menos,para que os voy a engañar.Descansamos en el albergue que es un poco cutre y pasamos una tarde divertida conversando con el tendero del pueblo,un alegre cubano.
La séptima etapa (Hontanas,El Burgo Ranero)iba a ser de descanso,ya que el terreno es prácticamente llano,y lo fue pero a medias,ya que nos volvemos a equivocar de carretera y hacemos la etapa más larga del Camino,128 Kms.Ya no nos sorprende que llueva y hasta le estamos cogiendo el gustillo al asunto.Etapa anodina a más no poder,kilómetros y kilómetros de llano.Por suerte circulamos paralelos a la autovía y no hay nada de tráfico.Eso ha sido quizá lo mejor del día,el poder pedalear sin tener que estar pendiente del tráfico.LLegamos al albergue y la amable hospitalera nos dice que por la noche habrá regalos para todos y no podemos faltar.Si os digo la verdad,nos olvidamos del asunto,aunque esperaba en su momento algo material,salimos a cenar y cuando volvemos a eso de las 21:30,nos quedamos sin palabras.Todo oscuro en el albergue,tan solo la tenue luz de las velas nos ilumina,incienso a cascoporro y todos los peregrinos alrededor de la mesa cogidos de la mano y como en trance.Lo primero que pienso,es que están haciendo una sesión de espiritismo y están invocando al apóstol Santiago para rendir cuentas con el colega,debido al tiempo horroroso que nos está haciendo.Nos invitan a participar y no podemos decir que no,y bueno,la verdad es que no era para tanto.Tenemos que coger una pulsera de una caja y atársela al compañero de al lado mientras le deseas lo mejor del mundo en voz alta.¡Qué vergüenza!Después escuchamos una canción muy bonita de Luar Na Lubre,Chove en Santiago,mientras reflexionamos cogidos todos de la mano.No es que critique a la hospitalera por haber montado el show,porque sé que lo hizo de buen corazón,pero no estoy preparado para y eso y casi que prefería la sesión de espiritismo.Un día curioso.
La siguiente etapa nos ha servido para descansar de verdad.Otra jornada más o menos llana en dirección Astorga,una bonita ciudad situada en la zona central de la provincia de León.Salimos con lluvia para variar,pero a mitad de la jornada para,se abre algún claro.En León nos perdemos,como en todas las grandes ciudades que hemos atravesado y damos más vueltas que Willy Fog en la noria.A pesar que ha parado de llover,hace muchísimo frío y como vamos mojados,la sensación se hace más fuerte.
LLegando a Astorga,observamos que el terreno deja de ser llano para volverse rompepiernas,y que las montañas por las que deberemos cruzar dirección Galicia,están nevadas.Hacemos ruta turística por Astorga,es decir, de bar en bar.Aun así podemos echarle un vistazo a la Catedral de Santa María,que se empezó a construir en 1471 y que dieron pie a diferentes estilos arquitectónicos como gótico florido en el interior,con un claustro de estilo neoclásico,exterior barroco en torres y fachada y pórtico renacentista.O el Palacio Episcopal,obra del genial Gaudí.Si me he colado en algo,echadle la culpa a la Wikipedia,jeje.
La siguiente etapa,ha sido ya de montaña.Nada más salir de Astorga,la carretera empieza a subir.Debemos llegar a la cima del Monte Irago,donde se haya la Cruz de Ferro,pero para variar nos equivocamos y subimos el puerto del Manzanal,que no es demasiado duro,aunque al final agarra.Lo peor ha sido la bajada,ya que hace demasiado frío y estamos empapados por la lluvia.Además,en la cima sopla un fuerte viento y es difícil de conducir la bici,con tanto peso y el asfalto mojado,así que nos lo tomamos con calma y llegamos a Ponferrada helados como témpanos.
Allí almorzamos y para suerte nuestra escampa,salimos más animados hacia Villafranca del Bierzo pensando en la etapa de mañana,donde deberemos subir al alto Do Poio.Ya una vez en el albergue,entablamos conversación con el hospitalero,Manu,un pescador de la Barceloneta que se quedó sin trabajo y decidió hacer el Camino desde Montserrat,y ahora está de ayudante en el albergue,viéndolas venir.Hacemos una cena divertida de germanor en el albergue y pronto a dormir,que el día será duro.
Esta es la penúltima etapa,y una de las más duras.Villafranca del Bierzo,Sarria.No se nos ha hecho dura por la orografía,ya que el puerto en sí no es que sea demasiado duro,a excepción de un par de rampas,sino por el tiempo.Salimos de Villafranca con fuerte lluvia y nos acompañará durante todo el día.Subiendo no molesta,hasta es agradable y todo,pero en cuanto llego a Pedrafita de O Cebreiro,el primer pueblo de Galicia y me detengo a esperar a Juan y Millán,me doy cuenta realmente del frío que hace.Decido continuar ya que si espero demasiado me quedo hecho un carámbano y el tiempo no hace más que empeorar.Una espesa niebla nos rodea,sopla viento huracanado y empieza a nevar tímidamente.La temperatura es levemente inferior a cero y os puedo asegurar que es el peor día que he pasado en bicicleta con diferencia.No tenemos ropa adecuada para abrigarnos y lo pasamos muy mal.
Millán y Juan rompen una camiseta y se la anudan a las manos ya que las tienen congeladas,a pesar de llevar guantes.En la cima del Alto do Poio,hay un bar-refugio que es nuestra salvación.Entro y lo primero que hago es arrimarme a la chimenea y secar la ropa.Al cabo del rato llegan Juan Y Millán y se unen a mí.Millán es el que peor lo ha pasado por el frío en las manos.Estamos como dos horas secando la ropa y nos disponemos a bajar el puerto.
Nos forramos de papel de periódico y nos ponemos en marcha.La bajada no es que sea muy peligrosa,pero hay que ir con cuidado ya que el pavimento está mojado y hace mucho viento.Con todo lo que hemos pasado,llegamos a Sarria y nada más entrar en el albergue,resbalo y me pego una santa hostia que casi me tienen que poner el betadine con rodillo.Estaré tres o cuatro días con dolor en el culete,suerte que no me he roto nada!.Por la noche cenamos en el bar contiguo al albergue y nos ponemos bien,nos hacemos coleguitas del tendero y nos mima a base de buen caldo gallego y chupitos de orujo!
Por fin la última etapa,Sarria,Santiago, 120 Kms.A priori debería de ser una etapa más bien tranquila,sabemos que no hay puertos y que el terreno es ondulado.Desayunamos en el bar de la noche anterior,y nuestro amigo nos da queroseno para el camino,una copa de orujo casero hecho por él mismo que nos sienta como un tiro en la sien.Ya salimos con el estómago ardiendo y se nos hace durísimo.
Cada repecho es un pequeño Mortirolo,rampas de más del 10% y en algunos casos llega al 15%.Nos da la sensación de que bajamos 2 kilómetros y subimos 10,imaginad como íbamos!.En Melide para de rigor a comer pulpo,excelente!
A partir de ahí la carretera es más llevadera,aunque de vez en cuando nos toca subir algún pequeño Mortirolo.Llegamos muy justos a Santiago,yo con la rodilla hecha trizas de tanto forzar,cada repecho por pequeño que sea lo he de subir con el 26 y sin forzar.
Creo que esta es la etapa más dura de todas con diferencia,menos mal que por fin ha hecho más o menos buen tiempo!Llegamos a la Plaza del Obradoiro contentos por haber llegado y porque se ha acabado el calvario.Quien dijo que iba a ser fácil!Tenemos un día de reserva antes de partir a Barcelona que lo aprovechamos para hacer turismo,como ya dije,de bar en bar,visitar la Catedral de Santiago para abrazar al apóstol y decirle cuatro cosas,jeje.
Conclusión:Ha sido un viaje duro,no exento de dificultades,pero ha merecido la pena.La crudeza del tiempo le otorga un valor añadido ahora que hemos acabado bien y lo mejor de todo ha sido la compañía.Lo he pasado en grande con Juan,Millán y Antonio,son unos excelentes compañeros.Os animo a todos a que probéis a hacerlo,es una experiencia para recordar toda la vida.
-Lo mejor:
-Los compañeros,Millán,Antonio y Juan,sin ellos el viaje hubiera sido distinto,no se si lo hubiéramos acabado.Siempre han pensado en positivo y nos hemos dado ánimos para continuar.
-Las tardes de relajación,después de tanto calvario por las mañanas,nos merecíamos un buen descanso,lo pasamos muy bien de tasca en tasca.
-Llegar sin ningún percance.
-El trato recibido en los albergues y las charlas con algunos peregrinos.
-Lo peor:
-El abandono de Antoni,fue un duro golpe moral para todos y lo echamos de menos durante todo el viaje.
-El tiempo,peor imposible.
-El peso de las bicis,superando los 20 kilos,aunque nos ha servido para entrenar.
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